La guerra de las trincheras (1993)

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“La mejor manera de vencer al enemigo es, en principio, matarlo. Conviene insistir en estas verdades elementales, que son la evidencia misma, ahora que las sensaciones son recientes. Después de la victoria, sería demasiado tarde.”

General Cherfils. L´Echo de Paris, 04/1915

Jacques Tardi es uno de esos pocos autores que conocí hace años y me dejó sorprendido, su estilo afilado, breve, descarnado, realista y sobre todo, crítico con el ser humano en sí mismo poseen una profundidad y un compromiso que no son fáciles de encontrar. En el análisis que desarrollo hoy me centraré en lo que para mi son los tres álbumes fundamentales de Jacques TardiLa guerra de las trincheras“, “!Puta guerra!” y “El último asalto“, conformando los tres volúmenes una de las trilogías más impresionantes de la novela gráfica correspondiente a este subgénero bélico de la WW I.

Comencemos por conocer un poco quién es Jacques Tardi, este novelista gráfico francés, hijo de militar, estudió Bellas Artes en Lyon y vivió sus primeros años en Alemania. Muy probablemente vista la producción de obras que llevó a cabo esto fue de una gran influencia en su vida adulta, sin embargo su éxito comercial le vino de la mano de una colección de cómics publicados a partir del año 1976 titulados Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec donde la protagonista es una bella escritora parisina que se verá envuelta habitualmente en historias de aventura y misterio, la obra fue llevada a la pantalla por Luc Beson en el 2010.

Como anécdota decir que tal es el compromiso de Tardi con sus ideas y principios que inclusive llegó a rechazar la medalla de la Legión Extranjera que su país le otorgó, y esto sin duda marca inequívocamente el carácter cínico y antibelicista de Tardi, también lo corroboraremos en sus ácidos diálogos de esta trilogía de la WW I, no hay clemencia ni disculpa para el poder político establecido ni los estamentos superiores responsables de la masacre colectiva, todos ellos son responsables, si bien, no aparecen representados en la obra.

El estilo de Tardi en mi opinión sintoniza perfectamente con el otro gran acompañante de la narrativa, el diálogo, este es de una relevancia que va más allá de ser un guía conductor de la historia, hay momentos en los que no hay historia, simplemente hay tragedia, Tardi nos expone situaciones, críticas, momentos, frases sueltas lanzadas al aire como vagos pensamientos que terminan diluyéndose en el barro de las trincheras… por momentos el diálogo alcanza el estatus de auténtica poesía del horror y como lector llego a una percepción de las viñetas que ciertamente a través de un estilo simple pero trágico y dramático me transmiten la angustia y la desesperanza de todos los actores implicados en esta tragedia inevitable colectiva.

Jacques Tardi retrata la guerra y su sinsentido como ningún otro autor lo ha hecho, desde la ironía y la crítica a la estupidez humana, la comparación del frente de guerra con un matadero es constante, se produce un paralelismo entre corderos y soldados donde no hay diferencia alguna entre unos y otros ante su destino final. De nuevo no se escapa a la crítica todo el estamento político y militar, responsables directos de la masacre colectiva donde se nos relata al detalle el castigo para los desertores o cobardes, no hay escapatoria posible.

El orden de publicación de los volúmenes para mi posee cierta evolución en el estilo de Tardi, si bien “La guerra de las trincheras” tiene el estilo más sencillo, desarrollado en tres tintas (blanco, negro y gris) es el primer volumen publicado (1993) donde ya encontramos presente toda la crudeza del conflicto representada por el realismo más desgarrador, los mutilados, los rostros sin expresión, la desesperanza. Es en este volumen también donde encontramos los diálogos más breves y críticos, casi poéticos, como breves pinceladas que acompañan al dibujo en su camino de destrucción.

En el siguiente volumen publicado “!Puta guerra!” (2008) se introducen cambios en el estilo y en la narrativa como el uso del color y la exposición de sucesivas historias independientes correspondientes a los años 1914-1919 y un anexo final llevado a cabo por Jean-Pierre Verney, coleccionista e historiador especializado en la WW I que añade un interesante libreto con información y fotografías del conflicto.

El tercer y último volumen “El último asalto“, publicado en 2016 es probablemente el más elaborado técnicamente, la obra posee un color de la mano de Jean-Luc Ruault absolutamente maravilloso, unas acuarelas con una paleta de tonos que dotan a la historia de unos matices y una atmósfera si cabe aún más sobrecogedora y angustiosa que los anteriores volúmenes, así mismo su mujer Dominique Grange interviene como co-guionista. Sin embargo los diálogos abandonan en parte su estética más cercana a la poesía para acercarse a un estilo más conversacional, aunque no por ello la trama pierde en intensidad y dramatismo que es constante en los tres volúmenes de la trilogía.

Tardi nos regala historias comunes, reales, como las del soldado Huet, Mazure, el camillero Mathurin… es la historia de la explotación del hombre por el hombre hasta extremos inconcebibles, todas las narraciones de los regimientos extranjeros y sus trágicos finales, las mutilaciones producidas por la metralla, y es que la obra de Tardi es la representación más auténtica de la barbarie humana llevada a cabo de la mano de un artista a través de la vía pacífica utilizando el arte como protesta incontestable desde la crítica más feroz.

Esta obra no debería faltar en ninguna estantería de todo aficionado a la novela gráfica que se precie o pacifista convencido. Tardi, antibelicista absoluto, grande entre los grandes de la novela gráfica por su honestidad, su compromiso y humanidad.


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