Black Sabbath fue una banda británica de heavy metal y hard rock formada en 1968 en Birmingham por Tony lommi (guitarra), Ozzy Osbourne (voz), Geezer Butler (bajo) y Bill Ward (batería). Previamente a esa fecha, en 1964, Bill Ward se unía a Tony Iommi para formar la banda Mithology, tiempo después conocerían a Ozzy Osbourne y Geezer Butler con quienes fundarían Polka Tulk Blues, origen de Earth, que un año más tarde, en 1969, sería rebautizada como Black Sabbath. Curiosamente decir que el nombre del grupo proviene de una película de terror de 1963 dirigida por Mario Bava, con Boris Karloff como protagonista, llamada Black Sabbath, en italiano (su idioma original): I tre volti della paura; en español: Las tres caras del miedo.
El sonido y ritmos de Black Sabbath en este su segundo LP nos trae recuerdos de Jimmy Hendrix, la psicodelia, y el rock fusionado en un estilo que brilló por su éxito consolidando el concepto heavy metal de los 70. Recordemos que la denominación “heavy metal” fue acuñada por unos periodistas en los años 70 y, al principio era utilizado peyorativamente para describir la nueva ola de músicos “agresivos”, con su sonido impactante y de alto volumen que retumbaba en los bares.
Bandas contemporáneas a Black Sabbath fueron Led Zeppelin, Deep Purple, Pentagram, Rainbow, Dio… toda una década de esplendor del rock´n roll que iba evolucionando el estilo hacia uno nuevo muy distinto ya en la década de los 80, los 90… y es que el rock es un género en evolución, mutante, simbiótico con otros géneros musicales y en plena adaptación al cambio de los tiempos, un género eterno, progresivo, esencial.
Las canciones de Paranoid, el disco que marca el punto cumbre de la carrera de Black Sabbath nos ofrecen un estilo y repertorio de ritmos y riffs absolutamente alucinantes, la increíble Planet Caravan, todo una melodía psicodélica hipnótica que parece transportarnos a otra dimensión. Las demoledoras War Pigs e Iron Man que poseen una personalidad y ritmos sobrecogedores. Por otro lado son significativos los temas de las mismas, mostrándonos la cara más oscura de la humanidad y el ser humano, no hay una visión de un futuro esperanzador para la especie humana, esto es, temas profundamente pesimistas acorde a los tiempos que corrían en una década de plena guerra fría entre los bloques soviéticos y estadounidenses, crisis de los misiles en Cuba, etc.
Cabe decir el nivel de los músicos de los que estamos hablando, Tony lommi a la guitarra, nada más ni menos que el padre fundador del sonido heavy metal, el dios de los acordes metálicos por excelencia, el músico que definió el estilo heavy metal a través de sus riffs, a veces casi apocalípticos en algunos de los temas, un guitarrista hecho a si mismo con una deficiencia en dos de sus dedos debido a un accidente que le seccionó la última falange y que le llevó a superar su propia técnica llevándola a un nivel superior de perfección y estilo.
“…eso me ayudo a tocar en un estilo diferente. No podía tocar los acordes de manera convencional, así que tuve que idearme algo diferente para generar un sonido más fuerte”, explicó Tony.
“…Tony es un tipo increíble”, comentó Ozzy Osbourne al respecto. “No sólo logró tocar otra vez, inventó un nuevo sonido”.
Bill Ward, un portento de la batería y músico vocacional que ya tocaba desde los cuatro años de edad, un músico nato que tuvo muchos problemas con el alcohol y las drogas (en verdad toda la banda) teniendo que abandonar la formación durante periodos de tiempo indefinidos hasta que pudo salir de la espiral de autodestrucción en la que estaba inmerso. Sin duda Bill Ward aportó su parte musical que hace que Black Sabbath haya alcanzado el lugar que ocupa en la historia del rock´n roll con un estilo de batería influenciado por sus maestros de estilo Gene Krupa y Louie Bellson en sus inicios (probablemente de los mejores bateristas a nivel mundial) y John Bonham y Ringo Starr más adelante, entre otros.
Pese a lo que se pueda pensar que los bajistas no representan un papel clave en un grupo musical ciertamente este no era el caso de Geezer Butler, durante la era de Ozzy Osbourne con la banda, Geezer escribió casi todas las letras de las canciones, mostrando fuertemente su preferencia por temas tales como la religión, ciencia ficción, la fantasía, el horror y reflexiones existenciales sobre el lado oscuro de la naturaleza del ser humano como se pueden observar en las canciones del LP Paranoid (Electric Funeral, Iron Man, Paranoid). No solamente respecto a la composición de los temas musicales fue un componente imprescindible del grupo, sino que aportó su propio estilo ajustando su bajo un tono por debajo de lo habitual para alinearlo con el sonido de Tony lommi, esto y la introducción del pedal wah en el bajo hicieron de Geezer Butler una de las mayores influencias en grupos de rock posteriores como Iron Maiden, Metallica y otros…. como vemos Black Sabbath, y especialmente este segundo álbum Paranoid, fue una influencia decisiva en futuras generaciones de músicos así como en la evolución del estilo rock de los años 70.
El nivel musical del álbum completo es sublime, un estilo entre lo psicodélico, lo alternativo, por momentos ráfagas de batería al más puro estilo Jazz, riffs de guitarra endemoniados que se retuercen entre los acordes con reminiscencias de Hendrix, absolutamente prodigioso en su conjunto (como el increíble último tema Fairies Wear Boots) alcanzando el cenit de esta primera etapa de Black Sabbath que comprende sus cuatro primeros discos: Black Sabbath (1969), Paranoid (1970), Master of Reality (1971) y Volume 4 (1972). A partir de Volume 4 se introdujeron otros instrumentos e influencias que sin duda marcarían el comienzo de una nueva etapa con diferencias en su estilo musical. Hay que tener en cuenta que hablamos de una banda con una trayectoria de cinco décadas, en las que ha habido tiempo para todo tipo de cambios, incorporaciones, reemplazos, etc.
Y llegamos a Ozzy Osbourne, persona y personaje, mito y realidad, con una amplísima carrera musical tanto como miembro de Black Sabbath como artista en solitario, Ozzy es un icono legendario, una figura indispensable en el imaginario colectivo de los fieles seguidores del rock y el heavy metal. A la vez que su tono vocal es inconfundible también es conocido también por sus excentricidades y por pertenecer a una época donde la creatividad estaba estrechamente asociada al consumo de estupefacientes como algo más que normalizado dentro del entorno de la industria musical.
Ozzy participó en 9 álbumes de estudio de Black Sabbath, si bien en 1979 dejó la banda para llevar a cabo trabajos propios volviendo a esta repetidamente. Entre sus éxitos más populares se encuentran Blizzard of Ozz (1980), primer trabajo tras ser expulsado de Black Sabbath por sus problemas con las drogas y el alcohol, Ozzmosis (1995) y Down to Earth (2001) con la colaboración de Robert Trujillo, bajista de Metallica posteriormente, entre otros.
Ciertamente una figura controvertida la de Ozzy, no solo como artista, sino como empresario vinculado a negocios empresariales relacionados con el mundo del espectáculo como el Ozzfest, festival promovido por su familia que se realizó desde 1996 hasta 2008 de manera ininterrumpida siendo Ozzy cabeza de cartel y agrupando bandas recién formadas para que pudieran lograr reconocimiento comercial. El Ozzfest se convirtió en un éxito inmediato entre los fanáticos del heavy metal. Además del Ozzfest en el año 2002 la cadena MTV inició la transmisión del programa reality show The Osbournes, basado en la retransmisión de la vida diaria de Ozzy y su familia.
Ozzy y Sharon son una de las parejas más ricas del Reino Unido, de acuerdo con el periódico Sunday Times, con un promedio de 100 millones de libras esterlinas obtenidas de la grabación de discos, las giras y los programas de televisión. Quizás lo cortés no quita lo valiente, nunca mejor dicho.
Y de esta manera despedimos Paranoid, de Black Sabbath, un disco imprescindible, piedra angular del heavy metal en su nacimiento y evolución del rock, y que, como suele suceder, es producto de una época y personas cuya motivación por iniciar proyectos surgía a través de la motivación por crear arte musical, vivirlo, sentirlo y evolucionarlo. Long life Rock´n Roll!
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