XLV- LENTAMENTE
Lentamente se adueña con su odio y su aire sombrío, de una brisa que ayer estío hoy es canto y sólo pena.
-¡Ríndete esclavo!- grita desde el escaño, -¡Hoy tu alma se envenena! y hecha de aire y esparto va tu ira sobre venas, mostrando al mundo que soy de tu alma santo y seña-.
Mas tras el tranquilizante asoma el abismo vacuo y llega mi mano al estante que es silueta y es oráculo mientras veo que mi semblante ira trae tras su letargo.
Y luego la imagen, y luego el llanto…
Lentamente, en mí, sin dejarme, sin descanso…
Juan Luis (Jimmy)