XLII- TARDE
He llegado tarde a todo, exceptuando a la vida,
la cual recorro a bordo de un somnoliento barco
cargado de alcohol e ira.
Y he visto la belleza,
y he sentido paz,
y he sentido dicha;
pero es mi alma oscura una carga
contra la que lucho cada día,
un telón que al calor del grito se alza
y baja para esconder alegrías.
He llegado tarde a todo, exceptuando a la vida,
que llegó con muerte de sorbos
a un callejón sin salida,
donde el mundo envilece
y cuando el fuego amanece
alumbra de forma aina,
un tiempo de llagas y llantos
donde la pobreza se atisba,
y el final encalla en dorados
bajo palabras mezquinas.
He gritado, me he postrado de rodillas,
siendo al mundo huérfano y extraño
con depresión y desidia,
tranquilizante y verso lapidario
tumba enojada tras la rejilla.
He llegado tarde a todo,
exceptuando a la vida,
que vio la muerte en retablos
y que un día borró mi sonrisa.
He llegado tarde a todo:
a la palabra y al camino,
al verso como destino,
al dolor y a la firmeza.
He doblado boletas
que en mi piel suenan a engaño y tras los cirros y claros
he escondido en alquimia mi llanto.
He llegado tarde a todo,
exceptuando a la vida.